Hoy en día, las mascotas se han convertido en compañeros firmes y necesarios para cualquier entorno familiar, para muchos, convirtiéndose en una especie de “hijo perruno” al que cuidar. Además, es una de las opciones para las parejas que por el momento no desean tener hijos.
Al momento de una separación, estos inteligentes amiguitos pueden reconocer que algo no está bien en casa y pueden adquirir ciertos patrones de comportamiento. Determinar quién se quedará con el perro suele ser difícil, ya que suele estar apegado con ambos. Si quieres saber quién se queda con el perro en un divorcio, sigue leyendo.
¿Cómo afecta el divorcio a un perro?
Un amigo canino es una criatura fiel que puedes cuidar en casa, pero uno de los detalles que debes tener en cuenta es que tienen sentimientos, al igual que un niño pequeño. Por esta razón, pueden sentirse afectados por el cambio de ambiente y dueños, algo que te harán saber con su actitud.
Los perros pueden saber lo que pasa durante una separación matrimonial, por lo que es posible que experimenten cambios en su comportamiento al ver peleas u otras actitudes entre los humanos. Esto afecta sus nervios y puede llegar a afectar hasta su alimentación, con los días se pueden acentuar estos detalles.
Los canes suelen ser intuitivos y es posible que descubran que algo no anda bien si la manera de jugar con ellos o alimentarlos ya no es la misma, aun mas si antes ambos cuidadores compartían con él y ahora no.
Si la separación es un hecho inevitable, se recomienda crear un horario para que la mascota pueda ver a ambos dueños de la misma manera como cuando era parte del núcleo familiar de los dos.
¿Se puede asignar custodia compartida a un perro?
Sí, hoy día las leyes han cambiado un poco y los perros han dejado de verse como propiedades, aunque se adquieran por título de compra o propiedad, para pasar a ser un individuo por el que debe asignarse la custodia, tal cómo un hijo menor en un matrimonio.
Se trata de una modificación en la ley de hipotecaria, lo que significa que estos amigos peludos tienen derechos que los dueños deben defender y respetar.
Esto se debe a lo que se explicó anteriormente, son parte de un núcleo familiar, desarrollando emociones y sentimientos, por lo que no puede ser considerados como objetos, sino alguien más de la familia que debe compartir sus cuidadores.
Se puede elegir mediante convenio regulador para determinar el tiempo compartido que tendrán sus propietarios y expresar los días, las horas y las reglas que se impondrán para las rutinas con cada uno (aseo, alimentación, etc.), además de los gastos que puede suponer su cuidado.
Por otra parte, cuando el divorcio sea en plan contencioso, no quedará de otra manera más que el juez decida con cuál de los propietarios se irá el cachorro, mientras el otro sólo tendrá acceso a ligeras visitas. Se tendrá en cuenta quién tiene mejor cuidado por él y la importancia que represente para cada uno.
¿El perro es un bien embargable?
El punto anterior mencionado deja en claro que no lo es, ya que no se considera una propiedad u objeto embargable, sino que tiene los mismos derechos que tendría un hijo.
No obstante, de tener una deuda con él, podría ser factible que sí se embargara. Por lo tanto, se recomienda mantener cuidado con las tarifas de los gastos o adquisición de la mascota.
La distribución de la custodia también tiene lugar según lo que cada cuidador aporto para el bienestar del perro. Y en caso de extravío, tendrá que cancelar una indemnización por los daños ocasionados, dependiendo de los efectos que su descuido produzca.
De la misma manera, quien vuelva a recuperarlo tendrá el derecho de reclamar su custodia momentáneamente hasta que se decida si va a ser pasado a manos de su otro dueño o seguirá permaneciendo con su cuidador actual.
Los gastos representarán otra razón no para embargar, pero sí para cambiar la custodia y titularidad de este. Las leyes también protegen a estos animalitos de maltratos, descuidos, entre otras circunstancias que puedan afectarlo. Esto sería razón suficiente para quitarles el permiso de propiedad y pasarlo a adopción.
Los perros son parte de la familia y son criaturas que tienen emociones, sentimientos, a veces hasta expresiones y gustos similares a sus dueños. La mejor recomendación al respecto para sus propietarios es que no descubra la diferencia que exista en el hogar.
Haz todo lo posible para verlo feliz y crea fondos de ahorro común o determinación por convenio de sus participaciones en los gastos, así como sus horarios de cuidados. Ser propietario de un perro durante el divorcio es una gran responsabilidad, ya que ellos tienen un gran cariño por sus dueños.